La Economía del Comportamiento
La economía del comportamiento es una rama de la economía que se enfoca en cómo las personas toman decisiones económicas y cómo estas decisiones afectan el mercado. Esta disciplina se ha desarrollado en las últimas décadas y ha tenido un gran impacto en la forma en que se entiende y se estudia la economía.
La economía del comportamiento se basa en la idea de que las personas no siempre actúan de acuerdo con las suposiciones tradicionales de la teoría económica, que asumen que las personas son racionales y buscan maximizar su utilidad. En cambio, la economía del comportamiento se enfoca en cómo las personas realmente actúan, tomando en cuenta factores como las emociones, las preferencias y las limitaciones cognitivas.
El origen de la economía del comportamiento se remonta a la década de 1950, cuando los economistas comenzaron a cuestionar las suposiciones tradicionales de la teoría económica. En particular, el economista Herbert Simon argumentó que las personas no siempre actúan de manera racional y que la economía debería tener en cuenta esta realidad. En el mismo periodo, el psicólogo Daniel Kahneman y el economista Amos Tversky comenzaron a estudiar cómo las personas tomaban decisiones en situaciones de incertidumbre, descubriendo que las personas a menudo cometer errores al evaluar probabilidades y al juzgar la información.
En la década de 1980, la economía del comportamiento comenzó a tener un gran impacto en la forma en que se estudia la economía. En 2002, Kahneman recibió el Premio Nobel de Economía por su trabajo en esta disciplina. En los años siguientes, la economía del comportamiento se convirtió en un campo importante de investigación en el que se ha producido un gran avance en el conocimiento sobre cómo las personas toman decisiones económicas. En 2017, la academia sueca le otorgó el máximo galardón de las ciencias económicas al profesor Richard Thaler que escribió el texto Un pequeño empujón.
En la actualidad, la economía del comportamiento se utiliza en una variedad de campos, incluyendo la política económica, la regulación de mercados y la toma de decisiones empresariales. Los economistas del comportamiento han desarrollado una variedad de herramientas y técnicas para estudiar cómo las personas toman decisiones económicas, incluyendo encuestas, experimentos y análisis de datos.
La economía del comportamiento ha identificado una variedad de sesgos conductuales que afectan cómo las personas toman decisiones económicas. Algunos de los principales sesgos conductuales estudiados por la economía del comportamiento incluyen:
- Sesgo de sesgo de anclaje: La tendencia a basar nuestras decisiones en una referencia o punto de referencia arbitrario, en lugar de evaluar la información de manera objetiva.
- Sesgo de confirmación: La tendencia a buscar información que confirma nuestras creencias preexistentes y a ignorar la información que las desafía.
- Sesgo de ilusión de control: La creencia errónea de que tenemos más control sobre los eventos aleatorios de lo que realmente tenemos.
- Sesgo de efecto de posibilidad: La tendencia a sobreestimar la probabilidad de eventos poco probables.
- Sesgo de status quo: La tendencia a preferir mantener el status quo en lugar de considerar opciones alternativas.
- Efecto dotación: la tendencia a valorar más los bienes que ya poseemos en comparación con los bienes que no poseemos.
- Efecto de regresión: La tendencia a subestimar la importancia de los factores aleatorios en el rendimiento a largo plazo.
- Efecto de recencia: la tendencia a dar más peso a eventos recientes en comparación con eventos pasados.
Estos sesgos conductuales no son universales y pueden variar dependiendo del contexto y la cultura, pero su estudio ha permitido a los economistas y otros profesionales entender mejor cómo las personas toman decisiones y cómo estas decisiones afectan el mercado.
En conclusión, la economía del comportamiento es una rama de la economía que se enfoca en cómo las personas realmente toman decisiones económicas; en ese sentido, se ha desarrollado en las últimas décadas y ha tenido gran impacto sobre todo por la costo efectividad de sus intervenciones diseñadas con base a los principios de la economía conductual.